novedoso sistema de ventas en Cuba ha resultado ser un estrepitoso fracaso. Utilizado como una alternativa, primero al brote de COVID 19 que obligó a los cubanos a permanecer encerrados en sus casas, luego a las interminables colas que surgieron en el contexto pandémico y persisten, debido a la escasez de insumos de todo tipo que existe en la isla y a la incapacidad del Estado para crear estrategias económicas efectivas que permitan el acceso a los suministros básicos para vivir.

 

A tres años de implementado el sistema de ventas online en moneda nacional, la plataforma TuEnvío de la Corporación CIMEX continúa sin dar ‘pie con bola’ con las necesidades sus clientes. La experiencia de obtener un combo, de cualquier tipo, es descrita por algunos como similar a la de los atletas esperando el disparo de salida para iniciar la carrera de los 110 metros con vallas. Lo primero es con teléfono en mano, esperar que habiliten los productos que saldrán a la venta ese día, luego seleccionar el paquete que se ajuste a la conveniencia familiar, los más demandados son los que tiene alimentos. En los primeros meses de  funcionamiento de la plataforma era posible obtener combos mixtos o únicamente de alimentos con productos esenciales para la mínima dieta cubana en la actualidad: pasta de tomate, pastas alimenticias, pollo, picadillos, salchichas, aceite, encurtidos, en algunos hasta venía leche de varios tipos (condensada, evaporada o en polvo). Sin embargo, actualmente suele salir a la venta un solo tipo de combo, con escasa variedad.

 

Lo primero en desaparecer fueron los perseguidos tanques de aceite, de 5 y 20 litros respectivamente, luego la leche y así de manera sucesiva han llegado a escasear por temporadas el resto de los productos. Se necesita mucha agilidad y destreza con el uso del teléfono celular para seleccionar el producto, montarlo en el carrito y proceder al pago. Todo esto en fracciones de segundo, porque en un pestañazo literalmente puede desaparecer de la pantalla, el detergente, el jabón o las pastillas de caldos y serán esfuerzo, tiempo y dinero (en megas para navegar en Internet) perdidos.

 

A pesar de las dificultades y la pobreza de las ofertas, este sistema es prácticamente la única alternativa que tienen las personas sin acceso a las tiendas en MLC para obtener productos de primera necesidad sin la obligación de recurrir al mercado negro. Los números de integrantes en grupos y canales de alertas creados en redes sociales para brindar información sobre compras en esta modalidad dan una idea de cuantos usuarios pueden estar interesados en este servicio, aunque efectivamente no todos pueden comprar. En Telegram, por citar un ejemplo, el canal de alerta tiene más de 50 mil suscriptores. Existen también grupos en WhatsApp y otras redes que están divididos por provincias o tiendas. Las últimas cifras oficiales publicadas en el diario Granma, ubicaban 522 000 usuarios registrados en la plataforma en todo el país, y solo se concretaban alrededor de 20 000 compras diarias.

 
Aunque la prensa oficial dedicó en algún momento varios espacios al análisis y la crítica de este servicio e insistió en que se están tomando medidas para solucionar las dificultades, los inconvenientes de este sistema son prácticamente los mismos que al inicio. Dificultades técnicas para acceder a la compra de manera eficaz, ya sea en el momento de selección y pago del combo, donde estos  desaparecen de la cesta virtual en pleno proceso de pago, o la saturación de la página en ese instante, la caída del servidor, y que cuando regresa la conexión,es prácticamente imposible completar el proceso, seguidas por las intermitencias en las ofertas, que además de no ser suficientes para cubrir la demanda, tampoco el combo puede ser confeccionado en la medida de las necesidades del usuario. Problemas con el cumplimiento en los tiempos de devolución o entrega de las mercancías ya pagadas; y la mayor de todas, la conexión a Internet, que duplica o triplica el grado de dificultad para disfrutar de las supuestas ventajas que podría ofrecer esta plataforma comercial.

 

Resulta curioso que, a la par de que algunas instituciones han dejado de preocuparse por la regularidad y buen funcionamiento de este servicio, ha crecido la popularidad de tiendas virtuales que comercializan una mayor variedad de alimentos, aunque a precios extremadamente caros. Aquí el servicio es otra cosa, y no solo por la buena conexión (las compras se realizan desde el exterior), sino y sobre todo por cuestión de oferta, que curiosamente son productos que en su momento se vendían en las tiendas físicas, a las que todos podían acceder y que actualmente ni siquiera en los establecimientos de moneda libremente convertible (MLC) o mercado negro se encuentran.

 

Estas plataformas que hasta el momento no son promovidas abiertamente por el gobierno, pasean las calles del país en autos de factura estatal y promociones de sus empresas que permiten ser identificadas fácilmente. No podemos perder de vista que varias investigaciones realizadas por la prensa independiente en Cuba vinculan de forma directa o indirecta a funcionarios del gobierno cubano, con la existencia y funcionamiento de estos mercados. 

 

Quienes viven dentro y fuera de la isla son conscientes de que la alimentación es uno de los temas más sensibles en la cotidianidad de los cubanos, por eso no es de extrañar que a menudo se utilice como moneda de cambio, amenaza, oportunidad de negocio, o medio de coacción por parte de quienes tienen el acceso y control sobre ella. En la medida en que “posibles soluciones” a la agobiante situación de encontrar comida para las familias en Cuba se disuelven, no son atendidas o no funcionan como es debido, la brecha de desigualdad entre los que pueden acceder a lo mínimo indispensable para sobrevivir de manera diga aumenta. Quienes cargan con  la responsabilidad de suministrar alimentos para el hogar viven en carne propia la desidia y la falta de voluntad política para hacer funcionar las cosas más allá de reuniones, consignas y medidas contraproducentes .