top of page

Nota de prensa N° 21- Food Monitor Program

08 de mayo de 2024

El pasado martes fueron relevados datos oficiales de la debacle económica presente en Cuba. Aunque las autoridades cubanas normalmente no publican estadísticas „sensibles“  que puedan impactar la credibilidad de su gobierno, y muestran reticencia a la hora de comunicar explícitamente la realidad que impacta a los cubanos, un informe de la Oficina Nacional de Estadística e Información mostró esta semana el retroceso de hasta un 67% de la producción nacional de alimentos, en los últimos cinco años.[1]

 

Los 23 productos seleccionados por la oficina, entre los que se incluyen varios de los alimentos básicos necesarios para la canasta familiar, presentan una baja sostenida, en algunos casos hasta de un 90% de disminución en su producción. Entre los alimentos que parecen desaparecer paulatinamente desde el 2018 se encuentran las galletas finas (74.7%) y saladas (85.5%), cabe considerar que este último producto es entregado en zonas rurales y se difícil acceso, como sustituto del pan normado.

 

Otros productos de gran demanda dentro de la población y que sufrieron un significativo impacto fueron las pastas alimenticias (91%), la carne de cerdo (91%), el arroz (90%), los aceites vegetales (81%) y la leche (90%). En general los productos lácteos muestran caídas como el yogurt (68.8%) y quesos (52%). Por su parte, el café, producto de marca identitaria para el cubano, también registró una caída del 51%. Otros alimentos de evolución negativa son los derivados de tomate (76.5%) y la mantequilla, cuya producción pasó de 100 toneladas anuales a 0%.

 

Asimismo, productos destinados exclusivamente a la también golpeada industria del turismo, como la langosta y el camarón, sufrieron una caída de un 82%. Por último, el alimento más presente en la cuota diaria de la entrega socialista, el pan, disminuyó en un 34%, mientras que la producción de harina de trigo un 57%.

 

El panorama prácticamente nulo de la industria productiva nacional tiene indicios de causantes en el mismo documento, que indica el derrumbe de los piensos alimenticios y los fertilizantes hasta en un 70%, así como la reducción del consumo de energía eléctrica en la manufactura. Otras señales fueron asimismo percibidas por Food Monitor Program y advertidas en notas de prensa, tales como el anuncio de recortes drásticos en la entrega subvencionada[2], la debacle en la producción panadera y la petición a organismos internacionales de ayuda humanitaria en concepto de leche en polvo[3].

WhatsApp Image 2024-05-09 at 9.28.50 AM.jpeg

Ante la precaria situación de las 110 empresas y 800 fábricas para el procesamiento de alimentos, las autoridades han culpado históricamente al embargo estadounidense. Sin embargo, destaca la pésima gestión administrativa en decisiones como las llamadas 63 medidas para dinamizar la agricultura que, incluyendo 658 acciones anunciadas hace dos años, no han surtido efecto según las propias autoridades.[4] En cambio, los ministros responsables han optado por narrativas infladas y argumentos cosmetizados, muy lejos de la realidad que viven los cubanos. Por ejemplo, en medio de la grave inseguridad hídrica por la que pasa el país, el viceprimer ministro cubano Jorge Luis Tapia propuso ante la Asamblea Nacional, criar peces en estanques de barrios para el autoconsumo de las familias cubanas.

 

En adición, en el mismo periodo analizado, la inversión agrícola y ganadera no pudo compararse con la destinada al sector turístico, enfocada en la construcción de hoteles y restaurantes, actividades inmobiliarias y de alquiler. En el último año la ONEI reportó 96.622 millones de pesos destinados a estos últimos rubros. Mientras, el gobierno cubano continúa publicitando la llamada Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional como estrategia aparente para presentar una “voluntad gubernamental” en papel, hasta ahora sin efectos en las precarias condiciones de vida de los cubanos.

 

Según la Encuesta de Seguridad Alimentaria realizada anualmente por Food Monitor Program el 94% de los entrevistados asegura sufrir el desabastecimiento de productos agrícolas, mientras que el 90,7% confirma haber perdido considerablemente el acceso a los alimentos desde la Tarea Ordenamiento. En este contexto, la inseguridad alimentaria en aumento y la caída en picado de la producción estatal traen consecuencias multifactoriales en otros sectores socioeconómicos.

 

Se prevén desajustes estructurales potenciales que podrían empeorar los ya ejecutados en años recientes, afectando no solamente el sector estatal, sino también el privado. La implosión de la economía, la falta de crédito del país y los esquemas de dependencia ad hoc a los que el gobierno recurre han ubicado el salario medio nacional al nivel límite del indicador de pobreza. La devaluación del peso cubano y el aumento de los costos de los alimentos han licuado el poder de compra de la población, ante un claro deterioro de las condiciones de vida, con grupos mucho más castigados como los adultos mayores de 65 años, dependientes de su jubilación. Food Monitor Program recuerda que un plato de comida puede llegar a costar más que un salario mínimo mensual actualmente.[5]

 

El avance de la inseguridad alimentaria y la ausencia de medidas efectivas por parte del gobierno para atajarlo, han generado mayores problemas de índole social y de seguridad en el país tales como el aumento de la emigración y por tanto el envejecimiento exponencial de la población, la dilatación y protagonismo del mercado negro y la corrupción, el incremento de la delincuencia y la criminalidad asociada, mayor dependencia de las importaciones así como el fortalecimiento del capitalismo de Estado en la Isla.

 

Food Monitor Program advierte las graves consecuencias en el retroceso de los indicadores expuesto, así como del secretismo con el que las autoridades manejan las estadísticas oficiales y su tendencia a un discurso evasivo y revictimizante. Asimismo, urge al gobierno a tomar medidas para coactar el avance sostenido de la inseguridad alimentaria en el país, así como sus agravantes sociales, culturales, económicas y políticas.

[1] https://www.onei.gob.cu/sites/default/files/publicaciones/2024-05/publicacion-industria-manufacturera-2023.pdf

[2] https://www.foodmonitorprogram.org/nota-de-prensa-no-14

[3] https://www.foodmonitorprogram.org/nota-de-prensa-no-18

[4] http://www.cubadebate.cu/noticias/2022/05/24/a-un-ano-de-aprobadas-como-marchan-las-63-medidas-para-dinamizar-la-agricultura/

[5] Los invitamos a consultar nuestra sección El Precio de Comer en Cuba: https://www.foodmonitorprogram.org/el-precio-de-comer-en-cuba

bottom of page