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La Juan José: Vivir del mar y las sobras

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Juan José tiene 59 años, es de la provincia de Matanzas, llegó a Cienfuegos en busca de alguna forma de supervivencia que le permita mejorar un poco sus precarias condiciones de vida. Llegó con apenas 126 pesos en el bolsillo, que son aproximadamente 40 centavos de dólar. No tiene donde quedarse ni parientes que lo puedan ayudar. Ha conocido a algunas personas “deambulantes” como él, aquí en la ciudad, los cuales deben sobrevivir con recursos que encuentran en la calle y enfrentan las mismas penurias materiales en su vida diaria.

Al terminar la entrevista Juan José se queda calentando un poco de arroz con plátano hervido que tenía en un pomo plástico picado por la mitad al lado de su fogón improvisado y se alista para compartir los restos de cerdo encontrados en la basura, ya hervidos, con otro deambulante que llegó en último momento, el cual se encontraba merodeando por la costa en busca de alimentos de desecho para comer.  

 

[1] Localismo: porción de arena elevada cerca de la costa, formada por la deposición de sedimento de las corrientes resultantes de las 4 mareas diarias de la bahía.

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Sin conocer la ciudad, Juan José se dedicó desde el primer día a recorrer los litorales en busca de un lugar donde bañarse, dormir y cocinar sobras encontradas en los latones de basura. La basura no es su única fuente de alimentos, recoge frutas y restos de comida encontrados en la orilla del mar que provienen de varias fuentes, siendo la más frecuente los “trabajos” rituales de la religión afrocubana, de los que se puede recuperar piña, plátano, papaya, miel, guayaba, pollo, chivo y otras cosas.

Para él, ingerir esos alimentos no es un problema pues lo que pasa por el mar, en su opinión, queda “limpio”. Como él, otras personas merodean por los alrededores de la costa en busca de recursos. No todos permiten una entrevista ni quieren ser fotografiados pero Juan José siente que no tiene nada que perder y no le teme a la represión por dar su opinión.

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Con sus palabras cuenta cómo fue que llegó a esta parte de la bahía y que cosas ha tenido que hacer para sobrevivir en la ciudad:

 

Llegué solo, con lo poquito que tú ves aquí... encontré esta parte acá atrás caminando. Aquí está fresco y se puede dormir mejor si no hay mosquito, si hay mosquito tienes que hacer humo o untarte salvia, mira esto, eso son los jejenes, pero si hay fresco no hay mosquito y se puede dormir; aquí en la playa tú te encuentras jaiba, cangrejo, caracoles, el cobo que es bueno si lo hierves. Te puedes bañar y puedes hervir agua, mira uno está aquí pero estoy limpio ¿ves? Aquí recala mucha comida que se bota y la coges en la arena facilito. 

Busco lo que como en la basura, en la costa, aquí en el “arenazo[1]”, donde quiera, a veces la gente te da algo o lo que le sobra de la comida. Mira, hoy encontré ese hocico de puerco, está bueno, ya hervido está limpio. (...) No todos los días se puede comer, a veces uno pasa tres días sin comer y más, porque no tienes de donde sacar, o te encuentras un pedazo de pan en el latón y lo tuestas y ya está. Mira antier la vecina de ahí atrás botó un nailon con arroz amarillo que estaba bueno y era bastante pero no te dura con el calor, porque se echa a perder rápido. En la costa siempre hay comida, hay ostión y camaroncito y pescado chiquito que se fríe...Los cocino aquí en la lata, lo hierves y ya está, con palitos de aquí, un pedacito de plástico, de corcho... con cualquier cosa.

Para tomar agua le pido a cualquiera un poco y te la hechas en un pomo o buscas en la terminal (de ómnibus) o en otro lado, no está fría pero quita la sed, si no, le hechas un poco de sal y te quita la sed.

Soy diabético, hipertenso, estoy operado y tengo problemas, ya no puedo hacer fuerza ni hacer guardia y no hay trabajo tampoco, aquí no hay trabajo así para alguien que tenga esos problemas y lo que pagan no te alcanza... lo que pagan es una porquería. Tampoco recibo medicamentosni atención  para ninguna de mis condiciones. Una vez fui al Sistema de Atención a la Familia y me dijeron que tenía que esperar a cumplir 60 años, eso fue antes del Covid y ya no he ido más.

Para ganar un poco de dinero recojo latas para vender, cartón, aluminio lo que aparezca. En la basura se cogen los pomos, se lavan y se venden a 5 pesos (...) hay ropa y zapatos viejos que se arreglan y se venden también. .

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