Las verdades del campesino
Es aun temprano en la mañana, el sol ya se siente intenso y en el campo de Cuba las labores relacionadas con la agricultura comienzan su ciclo diario dictado por la naturaleza y los saberes acumulados por generaciones de campesinos.
Jaime le sabe a la tierra, al trabajo duro y a un sinnúmero de procesos productivos que están relacionados con las labores del campo. Trabaja de sol a sol para obtener los rendimientos que su familia necesita y sabe que de su esfuerzo depende su calidad de vida y la de otras personas que le rodean. No hay medias tintas, si no hay producción no hay ganancias.
¿Qué piensas que se debería hacer a nivel de país para liberar las fuerzas productivas en el campo?
Primero que quiten los topes de precios, porque entonces yo le voy a topar los precios al Estado a ver que van a hacer, si yo les topo los precio del aceite, del jabón, de la botas del petróleo ¿entonces? (...) Para producir tienes que dejarme vender y poder ir a otros lugares a vender lo que yo hago con mi trabajo porque eso es mío que lo trabajé yo...
Tienes que dejarme traer insumos y equipos, dejar que se vendan tractores y camiones a crédito para ir pagando mientras voy trabajando y así voy produciendo mientras trabajo y pago lo que debo. Otra cosa es dejar que uno siembre lo que quiera y el que quiera vender su tierra que la venda también o si no que le den a uno con que trabajar y uno pueda vender para aquí mismo o para otros lados, sin que te decomisen el camión en la autopista. No puede ser que unos pueden y otros no, o todo el mundo puede o nadie puede.
Mientras el país se prepara para las cosechas de la estación seca, la carencia de medios y herramientas para trabajar dificulta la labor de los trabajadores del campo. Las prohibiciones y trabas burocráticas estatales siguen siendo un factor desmotivador para aquellos actores que pudieran sumarse a la industria agropecuaria con el objetivo de aumentar la producción de alimentos. Aunque es un número sin confirmar, producto de la escasez de datos que existe sobre este renglón estratégico de la economía doméstica, se estima por parte de los propios campesinos que alrededor de un 50% de las tierras cultivables de la provincia de Cienfuegos están ociosas. Esto es resultado directo de las fallidas políticas agrarias implementadas por el gobierno y la crónica falta de incentivos laborales para sumar una masa considerable de productores a los trabajos agrícolas.
Nos cuenta que hace poco una anciana fue a comprar media libra de frijoles a su casa y sintió que era mejor regalársela, sabía que ella no podía pagar una libra entera como es el caso de muchas personas de áreas rurales y semiurbanas que han quedado en el abandono ante el impacto de la policrisis en Cuba.
Sin embargo, Jaime no siempre puede ayudar al necesitado. Los costos de los insumos y trabas estatales asociadas a la producción de alimentos en el campo han provocado una contracción de los rendimientos de las cosechas y por tanto una disminución de las ganancias. Algunas de estas dificultades son descritas por Jaime de la siguiente manera:
Las cosas se encuentran, pero pagando todo muy caro, o a precios impagables. Herramientas, insumos, plaguicidas, abonos y maquinaria, para no hablarte de los trabajadores, que ya nadie quiere trabajar en el campo porque se paga muy poco y el trabajo es duro, duro de verdad... Mira aquí hay quien va con un saco de ajo y uno de cebolla para la ciudad y lo venden a mil o dos mil pesos la pata, venden unos cuantos en un día, andan por la sombra y luego se gastan la mitad en cerveza, así trabaja cualquiera, ese se gana más de lo que hace un campesino trabajando la tierra aquí abajo del sol y con el fango hasta las rodillas.
¿En cuanto tienes que vender tú un quintal de frijoles para que te alcance para todo lo que lleva de abono de agua? (...) después tienes que ponerle guardia igual que al maíz porque vienen gente que no son de aquí y te lo llevan, se lo llevan en sacos, en una noche te montan varios sacos en una carreta (...) la guardia cuesta tres mil pesos y cuando está listo el frijol o el arroz son varios días de guardia que tienes que pagar todos los días.
No te dejan sacar camiones de la provincia, un camión puede costar 25 mil pesos si lo cargas bien hasta la ciudad, a eso súmale todo lo que te dije, ¿a cuánto sale producir un quintal? Entonces la gente se queja que el frijol está caro o que el maíz está caro pero el campesino vive con poco, con menos que el de la ciudad que se cree que uno está ganando mucho cuando vende la libra a 350 pesos o a 300 porque a 350 la vende el revendedor. El combustible está muy caro también y cuando se pierde todo sale más caro.
Aquí sí hay gente que hace dinero pero esos son los que tienen maquinaria, los que tienen finca grande o que tienen padrino que pueden venderle a cualquiera en cualquier provincia y tiran camiones enteros y hacen negocios que tú y yo no podemos hacer... El que tiene unos cordelitos de tierra para sembrar, para la familia, para la mujer y los hijos, ese no gana casi nada, gana para sobrevivir pero no para vivir bien y si te topan los precios a cada rato... imagínate tú.