Ya no hay donde ir a merendar o tomarse un REFRESCO
Me llamo Antonio tengo 57 años. Soy jubilado por enfermedad. En estos momentos me dedico a la pesca y venta de carnada para otros pescadores. Recibo una pensión por mis años de trabajo como CBP (guardia nocturno), más lo que me gano aquí con la pesca que es una bobería pero voy “tirando” durante el mes. Mi pensión no llega ni a cuatro mil pesos cubanos. Cuando yo era custodio (guardia nocturno) con el salario anterior (se refiere a antes del proceso de Ordenamiento Monetario impulsado por la administración de Miguel Díaz Canel), ganaba casi mil pesos, pero me alcanzaba un poco mejor, ahora mil pesos no son nada, no alcanzan para nada.
La actual situación alimentaria en el país me ha afectado mucho, no hay nada que comer a veces; en la bodega “sacan” muy pocas cosas y las colas son muy grandes, por un pedazo de pollo o un picadillo que a veces viene malo. El pan está muy caro y hay que levantarse a las 5 de la mañana a hacer la cola. Ya no hay donde ir a merendar o tomarse un refresco, todo lo que sacan “vuela” y no hay ofertas variadas. Antes había otras cosas en la calle, una cajita de comida a veinte pesos, un refresco de lata, pizzas, una minuta (pescado empanado frito en aceite con pan) pero el peso valía, ahora ya no vale y un solo huevo para desayunar te cuesta hasta 40 pesos.
Consigo mis alimentos donde los haya, en las tiendas, en la bodega. En la placita cuando sacan algo, y otras veces no hay nada para comer, yo no tengo comedor social a pesar de que lo he solicitado porque eso es una ayuda, pero como recibo pensión no aplico para el comedor (Se refiere a los comedores del SAF, Sistema de Ayuda a la Familia). Las limitaciones más frecuentes que experimento para adquirir alimentos son los precios y que no hay variedad, a veces quieres algo y no lo encuentras, o solo está en MLC (Moneda Libremente Convertible) que yo no tengo, y no tengo quien me mande ni nada.
Los alimentos los compro en la calle, alguien que te vende un huevo o un pedazo de pollo para comer un día, también los vecinos ayudan a veces, pero es que ya nadie tiene para regalar porque no hay para uno mismo.
Con respecto a los productos del agro y los cárnicos, en la placita (comúnmente agro mercado estatal) es donde sacan esas cosas, y en la casilla (se les llama a las carnicerías estatales que venden productos normados). En la placita últimamente solo hay plátano o aguacate que te lo venden verde porque el maduro de la calle cuesta más, de ahí en fuera no hay más nada. Cuando no los hay ahí no tengo cómo buscarlos porque no tengo como comprar en las tiendas en MLC ni tengo quien me mande.
La alimentación de mi familia consiste generalmente en arroz con lo que haya porque ya frijoles ni hay o están muy caros, sopa, picadillo, pescado del que mismo yo pesco aquí, minuta y lo que aparezca por ahí o lo que uno compra por la calle a la gente que vende cosas en carretillas y eso. Con respecto a las comidas especiales y celebraciones, un día en fin de año se hace algo y si aparece un pedazo de carne de puerco se hace y congris con yuca, todo eso cuesta mucho dinero, pero a fin de año uno trata de pasarlo lo mejor posible con la familia.
No tengo acceso regular a productos de confitería y repostería y no puedo acceder a los productos que venden en las tiendas de MLC. Cuando podía cambiaba productos por comida, por ejemplo, a mí me daban botas todos los años y a veces las vendía o se las cambiaba a algún guajiro por un guanajo (pavo), pollos o un pernil de cerdo.
No he visto mejoría en mi calidad de vida con los cambios recientes en la economía, todo se ha puesto más caro y más perdido que antes, ya no se hace un esfuerzo por resolverle el problema a la población ni por vender como antes que se vendía de todo en la placita y el huevo costaba un peso. Con respecto a la calidad de los alimentos que el Estado le vende a la población puedo decir que unos están en mal estado y otros no, depende de lo que sea y donde te lo venden. A veces hay cosas que llegan ya pasadas, (en mal estado de conservación) cuando sacan algo fresco se acaba rápido por eso hay cosas que no les da tiempo a echarse a perder y se venden bien porque a la gente le gusta.